Caer,
caer rendido ante el inevitable destino
de estar vivo.
Dolor,
dolor de las espinas en mis pies,
que no me dejan pisar bien.
Volar,
volar sin sentido en un mar de incertidumbres,
hasta dudar de mi mismo.
Correr,
correr sin pausas a las puertas de lo desconocido,
para tocar la luz.
autor: Raúl Ginés López
( poema 32 del poemario de luz y sombras, año: 2007).
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